Persona (1966)

Persona
Director: Ingmar Bergman
por Gad


Como Lynch antes de Lynch, con Brecht de por medio, recursos formales interesantes, personalidades dobles o personas contrapuestas que se hacen una, y bocaditos sobre el ser, el parecer y la posibilidad de ambos, etcétera etcétera, más allá de todo eso y de las opiniones favorables de los críticos, Persona es, básicamente, la bella historia de un par de locas minas que están solas, tienen mucho contacto, (se) desean y comunican intimidades, persiguen verdades y descubren artificios (o viceversa), y se desgranan en una rabia vampírica sensualmente violenta, entre imágenes visuales y táctiles lindísimas.
¿Un embole? Me dijeron que había que ver Persona una vez en la vida, por "canónica", y archivarla hasta la próxima reencarnación. Pero no, mejor ser masoquista y verla al menos tres veces: un miércoles a la noche, por curiosidad; un sábado de tormenta y con las luces apagadas, para aprovechar que asusta más que Scanners; y un día cualquiera a cualquier hora, porque sí, porque está buena.
Acompañar por un aperitivo ligero, o por éter. Y mirarla.


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