Aguirre, la ira de Dios (1972)

Aguirre, la ira de Dios (Aguirre, der Zorn Gottes)
Dirección: Werner Herzog
por Gad

En la década del 60, las ilusiones se elevan en acciones épicas que se enfrentan a los grupos armados, la incomunicación y las distancias en pos de un ideal. Las personas, guiadas por una ambición invaluable, se internan en brumas salvajes y desconocidas, afrontan el escepticismo y la traición; instauran leyes, nombran emperadores, matan disidentes y construyen balsas; incautan bienes ajenos, dudan, no ven oro por ningún lado y mueren en el intento. Estoy hablando del siglo XVI, de la conquista del Perú y, específicamente, de la búsqueda de El Dorado, por supuesto. Con la actuación genial de Klaus Kinski y su interesante estructura ósea como protagonista, en Aguirre, la ira de Dios Herzog nos presenta la historia de la locura del oro como la canalización del deseo de poder y trascendencia; de la creación de mitos legitimadores del intento y los sacrificios cometidos en función de los mismos (¿qué otra cosa es Cortés desde el discurso del ingenuo Aguirre, sino una figura hiperbólica, épica, mitológica?); de la invención del territorio a explorar, América utópica, abundante y violenta, sojuzgada, y de pronto fundamentalmente otra para ambos bandos; de la civilización y ley, otra creación en la aventura de la conquista y otro terror, también; de la barbarie, de la religión; de la persecución de lo imposible, del agotamiento más allá de cualquier límite de lo volitivo, y la muerte.  
Por si todo eso te emboló o pareció poco, baste con señalar que, como en El enigma de Kaspar Hauser, como placer estético Aguirre ya logra su cometido. Así que mirala un viernes a la tarde, y si te interesa, acompañala con La conquista de América de Todorov.

Sunset Boulevard (1950)

Sunset Boulevard
Dirección: Billy Wilder
por Gad

BETTY. I think you should throw out all that psychological stuff –exploring a killer's sick mind.
GILLIS. Psychopaths sell like hotcakes.

(BETTY. Creo que debería quitar toda la psicología – eso de explorar la mente del asesino.
GILLIS. Las historias de psicópatas venden.)

Sunset Boulevard, por supuesto, termina siendo la película de una psicópata. Pero… ¿cómo comentar todas sus genialidades en menos de trescientas palabras?
Argumentalmente, El ocaso de una estrella es lo que su nombre indica: la historia de una vieja star, de un vividor a regañadientes, de los alcances del patético amor de un ex marido y, sobre todo, de la frustración, la necesidad, y la traición; el olvido, la locura y el crimen -es decir, de la industria hollywoodense. Su presentación formal (que no se puede separar) es la vuelta de tuerca: esta película es un cruce original, genial, entre el cine mudo y el locuaz, que da lugar a una tercera forma que reflexiona sobre ambos y explota sus mejores aspectos, sobre todo a partir de las actuaciones y las gesticulaciones de Gloria Swanson y Erich Von Stroheim, dos estrellas del cine ya no comercializable (en la “realidad” y en la “ficción”; la información sobre estos personajes corresponde en gran medida con las vidas de los actores) que hacen de la película una joyita.
En blanco y negro, con muertos flotando en la piscina, buenas tomas, comentarios de carácter autorreflexivo, persecuciones en autos viejos a menos de 100 kilómetros por hora km/h e ironía por demás, ésta es una película para repetir. Y (otro recurso de la película, la hipérbole) si a eso se le suma helado en copa con salsa de chocolate, es mejor que el paraíso con huríes.

Kiss Kiss Bang Bang (2005)

Kiss Kiss Bang Bang
Dirección: Shane Black
por Gad

Harry Lockart (Robert Downey Jr.), nuestro narrador, nos deleita en esta película con sus reflexiones sobre su ocupación y las técnicas fílmicas mientras nos cuenta una historia hilarante y descabellada sobre su acceso a Hollywood, su vinculación con un crimen hiperbólico, lleno de coincidencias, casi inverosímil pero, por supuesto, muy muy lógico, su reencuentro con el deseo juvenil y, finalmente, cómo te podés convertir en un investigador privado de novelitas pulp (y enfrentar hasta la tortura, como en éstas, sin rasguño) cuando la piba que te gusta cree que sos medio detective, medio superhéroe, y te pide ayuda.
Kiss Kiss Bang Bang es buen cruce entre la comedia y el cine negro, con diálogos agudos, buenas interpretaciones, una gran dosis de humor paródico, y el mejor uso del tema “I will survive” que se vio hasta ahora en el cine. Genial la actuación de Val Kilmer, en el papel de duro detective homosexual.
Para ver un sábado a la madrugada sin demasiadas esperanzas, y repetir entusiasmado un domingo a la tarde con una bebida fresca, como limonada en vaso de trago largo con hielo picado y apenas un toque de vodka.

Midnight Cowboy (1969)

Midnight Cowboy
Dirección: John Richard Schlesinger
por Gad

Primero fueron las películas de vaqueros adorando a sus pistolas; actualmente, las emotivas películas de vaqueros adorándose las pistolas. En el medio, Jon Voight, a quien quizás recuerde de filmes como Zoolander y Tropic Thunder, o como padre de Angelina Jolie, define y redefine las expresiones "vaquero", "semental", "I want to be a part of it, New York, New York", "gigolo" y "gay" al encarnar la vida de Joe Buck, el rubio y cachetón no-cowboy que  infructuosamente trata de abrirse paso en la City de los hombres homosexuales y las mujeres viejas. Mientras tanto, Dustin Hoffman  se nos va más alto en cada estornudo en el papel de Ratso Rizzo, un hombre del subsuelo a la americana, rata de ciudad y el primero que timar al ingenuo de Joe. 
Suciedad, sudor y sordidez en esta breve mirada a la amistad de dos hombres antitéticos unidos por la marginalidad y la degradación dentro del sistema capitalista. No es un western ni son héroes (todo lo contrario). Tiene buenas tomas. Y no se va a aburrir mirándolos actuar. 
Para consumir con una sopa enlatada o vegetales congelados en invierno, y un vaso de aluminio con agua de canilla.

The Game (1997)

The Game
Dirección: David Fincher
por Gad

Como Un cuento de Navidad de Dickens pero en versión contemporánea, y por ende, con muchos tiros, muchas persecuciones, una mujer en paños menores, y sin niños hambrientos. Fincher presenta el tipo "exitoso empresario que dejó de lado su vida afectiva en función de la laboral" (Michael Douglas), y lo enfrenta a un "juego" que lo envuelve hasta llegar a un punto en que realidad y ficción se desdibujan permanentemente, y en que sus mayores temores se hacen realidad (es la quiebra). Luego, el final concluye con la restauración de lo instituido inicialmente y la apoteosis de la crítica moralista y la metanoia (cambio), pero de todos modos esto es sutil, y el conjunto, muy divertido.
The Game, film en el que podría leerse una pregunta por la manipulación, fue muy mal acogido por los paranoicos narcisistas, que afirmaron que no esperaban enfrentarse a semejante película de terror. De modo que si le causa ¡pánico! ser hiper-controlado, le recomiendo no mirarla. Caso contrario, dos posibilidades: si usted es de los que se compenetran con el personaje, no podrá dejar de repetir "pero qué hijos de p..." cada dos por tres, y terminará su catarsis en final feliz. Si no es de esos, de todas maneras podrá disfrutar la película, que está bien armada.
Se recomienda ver con compañía después de un partido de TEG o Monopolio. Guardar el brindis con champagne para los últimos 20 minutos de la película.

2001: A Space Odyssey (1968)


2001: a space odyssey
Dirección: Stanley Kubrick
por Martín

Así habló Stanley Kubrick; esta película comienza con simios, sigue con naves espaciales y termina con escenas caleidoscópicas y flasheras a lo clip de alguna banda llamada "acid".
Música erudita acompaña una narración densa, quisquillosas precisiones científicas ofrecen goce de los sci-fi nerds, un monolito negro brillante despierta el máximo de la curiosidad potencial que puede causar un pedazo de metal opaco de dos metros.
El que no la vio ya la conoce por las infinitas parodias, reformulaciones, imitaciones o capítulos de los Simpsons. Sí, es esa de la lucecita roja que es una computadora que se vuelve loca y mata gente. Esta película es la razón por la que los electrodomésticos no tienen voz incorporada.
No se recomienda leer las críticas que cierran el sentido; las escenas finales (producto de las conocidas incursiones de Kubrick en el lsd) deberían permanecer abiertas y generar discusiones candorosas.
Para mirar un domingo de noche sorbiendo papilla de una bandeja.


Vertigo (1958)

Vertigo
Dirección: Alfred Hitchcock
por Gad

Una película tan, tan genial, que hace que el título encarne en la misma estructura de la narración. Espiralada como pocas, Vertigo es más que la historia de un detective miedoso, un matrimonio en crisis y la obsesión por un fantasma: es la exploración del fall in love (literalmente, "caer en amor") de un tipo con miedo a las alturas; una caída en espiral que siempre que parece haber llegado a su centro, al final de la línea, da una vuelta y se amplía, repitiendo un círculo idéntico, no cerrado, y conduciendo a los protagonistas a un juego vertiginoso que, aunque finalmente acaba, deja al espectador en suspenso, con la impresión de que la desaparición de la acrofobia, finalmente acabada la caída física, no es más que el inicio de la historia.
Por si eso fuera poco, Hitchcock se anima a mezclar secuencias animadas y escenas de colores, la película tiene tomas geniales, y Kim Novak actúa muy bien.
Para ver dos veces, con uno o dos chupetines Pico Dulce.