Eraserhead (1977)

por Gisel 

Yo pensé que Henry, un tipo escindido y fragmentado, era o se veía en su "bebé". Vive alienado en una sociedad muerta, industrializada hasta el hartazgo. Encima, ni siquiera trabaja: está de "vacaciones", probablemente de paro, y se siente completamente vacío. Mantiene relaciones con una chica a la que de pronto no ve más, hasta que lo llama para enterarlo sobre su bebé, un prematuro. Abunda la sangre chorreante, los huecos, los retornos. In heaven. Para mí, Henry es el prematuro, Henry el que se siente arrancado del "heaven" y para hacer frente a eso borra (como "eraserhead") los hechos; los obvia, los pasa de largo. O bien, se borra a sí mismo, se anula para no dar más paso al miedo. La mujer es, a la vez, algo deseable y una amenaza. Deseable la comunión, el retorno al líquido lechoso (como ejemplo, la escena con la vecina, el hundirse en un charco blancuzco mientras el "bebé" llora), al espacio; amenaza es la voracidad, la fecundidad, el grito de los chicos-cargas potenciales. Henry arranca "fetos" de su esposa, y es usado por su vecina, por la proximidad lejana de una devora-hombres. Se refugia en el "teatrito" del calefactor, donde la chica de cachetes inmensos aplasta a los fetos y habla del paraíso. Habla del paraíso luego del acto sexual, cuando él se hunde en el líquido, cuando la mujer-ovario se hunde con él, pero más tarde. "You got your good things, and I/you got mine". Pero apenas se estira para alcanzarla lo abandona con su luz, y él pierde, literalmente, la cabeza. Su cuerpo (lo "real", lo consciente) es colonizado, dominado por el "bebé-reptil", por el prematuro, el expulsado tempranamente del útero, de la tranquila oscuridad espacial, del vacío. Henry es embargado por la preocupación del "hijo", dominado por ella, que se adueña de él en todo sentido y lo desplaza. Henry ya no es Henry, está des-centrado, expulsado por algo que no representa más que todos esos fetos que lo atormentaron anteriormente. Fetos que no tienen por qué implicar solamente miedo a ser padre, puede ser interpretado como una metáfora mucho más amplia: la reproducción de lo sofocante, de lo alienante y desnaturalizado en medio del paro, la imposibilidad de trabajar (el "bebé" no lo deja salir de la casa) y, asimismo, el trabajo continuo que representa esa carga. Henry es desplazado por el prematuro, y así, Henry es prematuro. Prematura cara, prematura preocupación, prematuro abandono del [luminoso] paraíso. Su cabeza es vendida al primer postor y se emplea para hacer goma de borrar. Su cabeza borra y pierde, se fragmenta, se dispersa. Y el empresario la compra gustoso, para transformarlo en eso. Para borrarla, anularla, enajenarla y sacar provecho de eso. Henry acepta.
Entonces despierta y ve el engaño, oye la risa. Lo abandonaron otra vez: la vecina no está, tampoco está en su casa; el "bebé" se burla de él. Es una risa rencorosa, del hijo al padre, de abandonado a abandonado. El "bebé", que había sido callado (sólo había exigido su permanencia; Henry se fue para hundirse en el charco), se venga. Quizás, Henry se venga de sí mismo a través de la figura del hijo. La cuestión es que entonces decide desvelar lo oculto y rompe las vendas. Quedan a la vista los órganos y los "apuñala" con la tijera. En parte, se libera, pero queda expuesto. Lo que lo atormenta crece y lo persigue: es un bebé-reptil, es un óvulo, es un planetoide como isla que se rompe. Su cabeza se rodea de goma de borrar, pero Henry deja de huir, avanza a las profundidades, entra al óvulo, al planetoide, y ve al hombre trabajando febrilmente el metal (es él mismo, tal vez). Lo rodea la luz, el paraíso, y la chica lo abraza. La chica también puede ser una faceta de él mismo que ahora sí puede asir, con la que ahora sí comulga. Fue todo como un viaje de descubrimiento, un descenso a las profundidades, al espacio, al principio. Y entonces sí, la luz paradisíaca vista en sueños, la que se le escapó tras rozarla con la mano. Pero todo eso podría no haber pasado, ni el aborto, ni la vecina, ni nada, podría ser todo una gran experiencia onírica elaborada a partir de lo que se muestra al comienzo de la película, una proyección de los miedos del que maquina todo. La película no tiene verdadero final. Henry pudo no haberse movido a ninguna parte.

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Lynch te da un lienzo manchado, un pedazo de corcho, un techo de madera donde buscar figuras y deja que vos lo armes, le des un sentido. Te presenta un misterio, pero no un rompecabezas o un laberinto. Eso es lo genial.


Otro trabajo de Eraserhead aquí.

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