Dirección: David Fincher
por Gad
Como Un cuento de Navidad de Dickens pero en versión contemporánea, y por ende, con muchos tiros, muchas persecuciones, una mujer en paños menores, y sin niños hambrientos. Fincher presenta el tipo "exitoso empresario que dejó de lado su vida afectiva en función de la laboral" (Michael Douglas), y lo enfrenta a un "juego" que lo envuelve hasta llegar a un punto en que realidad y ficción se desdibujan permanentemente, y en que sus mayores temores se hacen realidad (es la quiebra). Luego, el final concluye con la restauración de lo instituido inicialmente y la apoteosis de la crítica moralista y la metanoia (cambio), pero de todos modos esto es sutil, y el conjunto, muy divertido.
The Game, film en el que podría leerse una pregunta por la manipulación, fue muy mal acogido por los paranoicos narcisistas, que afirmaron que no esperaban enfrentarse a semejante película de terror. De modo que si le causa ¡pánico! ser hiper-controlado, le recomiendo no mirarla. Caso contrario, dos posibilidades: si usted es de los que se compenetran con el personaje, no podrá dejar de repetir "pero qué hijos de p..." cada dos por tres, y terminará su catarsis en final feliz. Si no es de esos, de todas maneras podrá disfrutar la película, que está bien armada.
Se recomienda ver con compañía después de un partido de TEG o Monopolio. Guardar el brindis con champagne para los últimos 20 minutos de la película.